Aunque los orígenes muy antiguos del Cocker Spaniel se remontan a España, indudablemente es inglés, su país adoptivo, desde el siglo XVII. En esa época, la raza era particularmente apreciada para la caza de becadas, que se traduce como “woodcock” en inglés. Luego fue reconocida en 1892 por el Kennel Club Británico antes de su introducción en Francia por Paul Gaillard. Apasionado por la caza, importó perros de Inglaterra que sobresalían en esta disciplina, y rápidamente suscitó un gran entusiasmo en nuestro país. La prueba es que hoy en día, el Cocker sigue siendo un perro extremadamente popular, tanto como perro de caza como de compañía. Sin embargo, cabe señalar que la moda del Cocker tuvo momentos difíciles en la década de 1970. Algunos criadores buscaban rentabilidad por encima de todo, y alentaron las uniones consanguíneas. También no dudaban en separar a los cachorros de sus madres muy temprano para venderlos más rápidamente, lo que generó graves problemas de socialización y agresividad, transmitibles a varias generaciones. Estos trastornos han contribuido a dar al Cocker Spaniel Inglés una reputación de perro agresivo, que no es más que el resultado de un mal trabajo de selección. Desde la década de 1990, muchos criadores luchan por restaurar la reputación de esta raza con múltiples cualidades.
La raza fue reconocida por la FCI en 1963. La última versión de su estándar oficial data de 2012.
Este vigoroso perro de caza se caracteriza por su cuerpo compacto y musculoso. Tiene miembros poderosos, rectos y bastante cortos, que le otorgan una buena impulsión al esfuerzo. Su riñón es corto y ancho, y su pecho bien desarrollado, con costillas curvadas. La cola, ligeramente curvada y de longitud media, se une un poco más baja que la línea del dorso, anteriormente se acortaba. Hoy en día se deja en el perro por su equilibrio, que la muestra en movimiento agitándose, siempre llevada horizontalmente. El pelaje del Cocker Spaniel Inglés tiene una textura sedosa, con flecos bien provistos en el cuerpo y en los miembros anteriores y posteriores. Luego, el abrigo puede teñirse de muchas combinaciones: puede ser de un solo color (negro, rojo, leonado, chocolate, dorado), pero también bicolor y tricolor (mezclando tonos como negro y blanco, o marrón, blanco y fuego).
Algunos individuos también muestran una capa moteada (azul moteado, limón moteado, marrón moteado y fuego, etc.). La cabeza del Cocker está claramente esculpida, con una parada bien marcada. Sus orejas en forma de lóbulo están unidas bajas, y llevan hermosos flecos de pelo largo. Finalmente, los ojos de este perro, que dieron lugar a una famosa expresión, expresan toda la inteligencia y dulzura de esta raza. Ocupan la mayor parte de las órbitas, pero sin ser saltones, revelando un color marrón.